La Breeders’ Cup 2022: un evento para la historia
Luego de culminados dos excelentes días de competencia, es mucho lo que se puede decir acerca de la celebración de la Breeders’ Cup 2022, un acontecimiento que durante 39 años ha capturado la atención del mundo hípico al mostrar a tantos grandes campeones reunidos en un mismo evento. La Copa de Criadores ha evolucionado en su formato, creciendo de siete a catorce competencias, ahora divididas en dos reuniones, una para las Estrellas del Futuro (ejemplares dosañeros), y otra para los ejemplares de tres o más años.
Keeneland fue por tercera vez el escenario para la Breeders’ Cup. El hipódromo ubicado en Lexington fue sede en 2015 y 2020, este último sin asistencia de público a causa de la pandemia. El clima, que se había pronosticado lluvioso, terminó siendo soleado, aunque con considerables vientos el sábado 5. Las tribunas e instalaciones conexas se notaron repletas de aficionados, parte fundamental del éxito de esta gran celebración, y testigos presenciales de muchas historias ocurridas en apenas 48 horas.
Breeders’ Cup 2022 tuvo un récord de recaudación por apuestas, con un total de más de $189 millones en juego para los dos días. El hipódromo, a casa llena, registró una asistencia total de 85,824 personas.
El viernes fue el día de la casi segura consagración de Wonder Wheel y Forte como los campeones dosañeros de 2022. Wonder Wheel ganó la Juvenile Fillies G1 para Mark Casse, en gran conducción por Tyler Gaffalione, quien logró su primera victoria en Breeders’ Cup; mientras que Forte, pupilo de Todd Pletcher conducido por Irad Ortiz Jr., acabó con el invicto del favorito Cave Rock en la Juvenile G1.
Por otra parte, el viernes se inició la dominación europea en las carreras de grama. Los tres eventos para dosañeros en esta pista fueron ganados por Mischief Magic (Juvenile Turf Sprint G1) para Charlie Appleby y Godolphin; mientras que el legendario Aidan O’Brien presentó a Meditate, ganadora de la Juvenile Fillies Turf G1, y a Victoria Road, ganador en final fotográfico de la Juvenile Turf G1.
El sábado se disputaron nueve competencias de Breeders’ Cup, por cierto con muy pocos resultados sorpresivos. La victoria de Goodnight Olive para Chad Brown, segundo lauro para el estelar Irad Ortiz Jr., respondió a lo esperado en la Filly and Mare Sprint G1. La tordilla Caravel, pupila de Brad Cox con Tyler Gaffalione, resultó un batacazo de más de 40-1 en la taquilla en la Turf Sprint G1, salvando a Norteamérica del arrase europeo en la grama.
Luego vino la conmovedora historia de Cody’s Wish, pupilo de Godolphin que condujo Junior Alvarado para Bill Mott, ganador de la Dirt Mile G1. Este hijo de Curlin fue bautizado en honor al joven Cody Dorman, quien padece una complicada enfermedad y que fue llevado a conocer al caballo cuando apenas era un yearling, estableciendo un vínculo especial con él. Godolphin bautizó al ejemplar en su honor, y Cody está presente en cada una de sus actuaciones.
Los europeos retomaron el control de las competencias en grama con tres triunfos adicionales para llevarse seis de las siete carreras. Tuesday se alzó con la victoria en la Filly and Mare Turf G1, con la combinación de Ryan Moore y Aidan O’Brien, quienes alcanzaron tres triunfos por lado. Modern Games brindó una fabulosa demostración en la Mile G1, con Buick, Appleby y Godolphin como conexiones. Finalmente, el zaino Rebel’s Romance se impuso en la Turf G1, conducido por James Doyle y entrenado por Appleby para Godolphin. Entrenador y propietario obtuvieron igualmente tres victorias en la doble jornada.
Elite Power, con Irad Ortiz Jr., le dio a Bill Mott un nuevo triunfo, esta vez en la Sprint G1, carrera que marcó la despedida de las pistas del campeón sprinter de 2021, Jackie’s Warrior, que se quedó sin poder ganar una carrera de Breeders’ Cup en tres intentos (Juvenile 2020, Sprint 2021 y Sprint 2022).
La carrera del año, en opinión de muchos, fue la Distaff G1. El compacto grupo de yeguas respondió ampliamente a las expectativas, con una recta final que desató la máxima emoción. Malathaat, la argentina Blue Prize y Clairiere llegaron casi iguales a la meta, apenas una nariz entre la primera y la tercera, en una de las llegadas más electrizantes en la historia de la Breeders’ Cup.
Finalmente, era el momento de la muy esperada actuación de Flightline, el atractivo principal en la Classic G1. El hijo de Tapit iba como favorito ante Life Is Good, considerado como su máximo rival. Ambos ejemplares levantaron al público de sus asientos, en una suerte de persecución que los separó del resto del lote durante casi una milla. La carrera de dos caballos se convirtió luego en un walkover, una vez que Flightline dio fácil cuenta de Life Is Good y se despegó sin enemigos hacia la meta, con la tribuna de Keeneland rendida ante tal despliegue de calidad. La nota triste fue la lesión del tresañero Epicenter, que sufrió una fractura en plena competencia que ameritó una intervención quirúrgica, de la cual afortunadamente parece haber salido con bien.
En resumen, puede decirse que la Breeders’ Cup 2022 resultó un éxito rotundo en todos los aspectos. Una excelente organización unida a un gran espectáculo, que esperamos se repita el próximo año en Santa Anita Park.