Inconsistencia en las decisiones, el Talón de Aquiles del hipismo
Semana a semana, el manejo de las situaciones de observación (Inquiry) y/o reclamo por parte de las autoridades de los diferentes hipódromos, genera opiniones encontradas y no pocas polémicas. En muchas ocasiones, el aficionado hípico -principal cliente del negocio- se ha sentido defraudado por decisiones que de una manera u otra afectan su inversión. Situaciones similares, incluso en un mismo hipódromo, han derivado en veredictos diferentes, y lamentablemente la credibilidad del espectáculo se deteriora sin que haya -por los momentos- una salida. En este sentido, la industria hípica no tiene diferencia con muchas disciplinas deportivas, en las que la apreciación prevalece a la hora de tomar una decisión.
Estas apreciaciones, sin embargo, deberían estar fundamentadas sobre la base de una reglamentación clara, y sobre todo uniforme. Es allí donde el hipismo falla ante las partes involucradas. Entendemos que se están haciendo esfuerzos por establecer reglas uniformes en todas las jurisdicciones, básicamente a través de la puesta en vigencia de HISA (Horseracing Integrity and Safety Authority), pero dicha uniformidad está apenas comenzando con lo relativo a la seguridad e integridad de los purasangres, para luego establecer normativas en cuanto al control de la medicación de los ejemplares. Entre tanto, todo lo concerniente a las situaciones que ocurren durante las carreras se mantiene sin cambio alguno.
En Estados Unidos y Canadá, un ejemplar es distanciado cuando interfiere con otro ejemplar, provocando que el ejemplar afectado no tenga una mejor figuración en la competencia. De acuerdo a la Federación Internacional de Autoridades Hípicas (IFHA por sus siglas en inglés), esta reglamentación es conocida como Categoría 2. Debido a la constante globalización del hipismo, la IFHA sugirió en años recientes a las jurisdicciones más importantes del mundo adoptar de manera uniforme la reglamentación conocida como Categoría 1. Bajo esta normativa, un ejemplar es distanciado cuando interfiere con otro ejemplar, provocando que el ejemplar afectado no supere al ejemplar causante del tropiezo. Más allá de Estados Unidos y Canadá, el resto de los países catalogados como Libro 1 se rige por esta serie de reglas.
Los eventos ocurridos en Keeneland el pasado fin de semana sirven para ilustrar lo que hemos expuesto. El viernes 7 en la quinta carrera, la yegua Olga Isabel fue distanciada del primero al segundo lugar por molestar a Jag Warrior, que eventualmente subió al primero. Visto el resultado original, puede afirmarse que Jag Warrior no iba a superar a su rival, sin importar lo ocurrido.
Al día siguiente, Forte y Loggins protagonizaron un reñido final -en todo sentido- en el Breeders’ Futurity G1. La toma de frente refleja que hay contacto entre ambos dosañeros, siendo Loggins afectado por la acción de su contrincante. que lo superó por apenas pescuezo. Analizando esta carrera, no es descabellado pensar que Loggins pudo haber ganado la prueba. Sin embargo, los comisarios desestimaron el reclamo del jinete Florent Geroux y confirmaron la victoria de Forte. Dadas las circunstancias, y con los reglamentos vigentes, cabe la pregunta: cuál fue el criterio aplicado el viernes y cuál fue el aplicado el sábado?
La reglamentación bajo el esquema de la Categoría 1 es más clara que la de la Categoría 2, aunque en cualquier caso siempre va a existir el factor de la apreciación de los comisarios. Lo que sí es imprescindible es que las autoridades sepan mantener un nivel de constancia en sus decisiones, ya que se está poniendo cada vez más en riesgo la transparencia y credibilidad que ahora más que nunca necesita esta industria.