Dos reconocidos entrenadores bajo la lupa de HISA

En los últimos días, la industria hípica ha estado movida por dos noticias emanadas desde la Autoridad de Seguridad e Integridad de las Carreras de Caballos (HISA en inglés), sobre dos entrenadores de purasangre que están dentro de los reportes de dicha institución, por haber violado diferentes artículos del reglamento.
Los trainers Danny Gargan y Rudy Rodriguez, como bien dice nuestro título, están bajo la lupa. Uno de ellos ya recibió sanción mientras que otro recibió una “notificación de infracción y exposición de motivos relativa a una posible suspensión provisional”, como está descrito en el título del documento.
A Danny Gargan se le acusa de ejercitar a un caballo seis días después de que este recibiera una inyección intraarticular. El purasangre en cuestión era un dosañero de nombre Capo Di Tutti, que después de ese ejercicio en la pista de entrenamiento de Belmont Park presentó una fractura en uno de sus miembros y debió ser sacrificado.
La regla 2271 (a) (11) establece que ningun ejemplar el cual se le haya aplicado una inyección intraarticular podrá ejercitar en un período de siete días. Como ésta es la segunda vez que Gargan viola dicha regla en un lapso menor a 365 días, HISA le ha aplicado una multa de $6,000 y suspensión de 10 días, comprendida desde el 7 hasta el 16 de diciembre.
En relación a lo ocurrido con Rudy Rodríguez y la investigación que pesa sobre él, HISA le hizo entrega de una notificación el pasado 21 de noviembre teniendo a los comisarios de la New York Racing Association como intermediarios para hacerle llegar la misma así como el envío por correo electrónico, sobre 16 ejemplares que estaban a su cargo y fueron colocados en lista de veterinarios como no aptos para correr, sin ser pasados por los filtros establecidos por HISA para que apliquen a tal lista. Tres de esos purasangres murieron.
Según la autoridad hípica, Rodríguez no correspondió al bienestar de los caballos tal como lo establece la regla 2215, la cual aplica para todas aquellas personas que están en los hipódromos donde HISA posee jurisdicción y que se refiere a “la crueldad, el maltrato, negligencia, abuso…abandono o administración de cualquier sustancia nociva” de acuerdo a lo establecido en sus diferentes numerales.
En declaraciones del abogado de Rodríguez, Clark Brewster, recogidas por David Grening de Daily Racing Form, el jurista alegó que 15 de esos 16 caballos ya no pertencen al establo de su cliente. HISA le dio un plazo tanto a él como a Rodríguez hasta el 5 de diciembre, para que consignen los documentos veterinarios solicitados como parte de la investigación. Sin embargo, al no ser entrenados por Rodríguez pues ellos no pueden acceder al sistema de HISA para consultar dichos documentos.
Ambas medidas tomadas contra Gargan y Rodríguez han hecho levantar múltiples comentarios de personas involucradas a la industria, sobre lo extremo de las políticas que HISA ha impuesto no solo para los entrenadores, sino también para los propios médicos veterinarios. La aplicación de diferentes criterios en las sanciones, así como el tiempo de suspensión o multas, HISA las ha descrito teniendo como base el reglamento. Para mucho, esto es correcto, para otros significa un ataque al hipismo.




