¿Carreras de caballos en la playa? En Sanlúcar de Barrameda es posible

El escenario soñado por todo aficionado hípico desde hace más de un siglo es realidad: arena, sol, mar y carreras de caballos. Las famosas competencias hípicas de Sanlúcar de Barrameda que se hacen en sus playas ubicadas en Cádiz, España, son un atractivo turístico tan importante que está en la búsqueda de ser declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Más allá de esto, las cortas temporadas de competencias que tienen a lugar desde hace 180 años son el epicentro del hipismo en esa región de Europa y es que, el hecho de ver tan de cerca a verdaderos purasangres de carreras en ese paisaje paradisíaco, es una experiencia de otro nivel que se puede disfrutar solamente dos veces al año.
Finalizado el primer ciclo de competencias que constó desde el 5 al 7 de agosto, ahora los preparativos están en marcha para el segundo ciclo, el cual tiene como fechas los días 19, 20 y 21 del presente mes, donde estarán en disputa varios eventos especiales, entre ellos el Gran Premio de Andalucía en 1 milla (1,600 metros) con €10,200 por repartir el martes 19 y el Gran Premio Ciudad de Sanlúcar, que colocará el punto final a las jornadas hípicas el jueves 21, con bolsa de €13,600 en distancia de 1 1/4 millas (2,000 metros), la cual registra una nómina de 15 contendientes.
Hay muchas preguntas que aficionados hípicos, turistas y demás público se hacen sobre este maravilloso espectáculo. ¿Corren con Starting Gate?, es una de ellas. Realmente es impresionante ver al partidor automático o portón de salida como se le denomina en España, siendo llevado a lo largo de la Playa de las Calzadas para ser ubicado en las cinco distancias que están disponibles para celebrar carreras: 6 furlongs (1,200 metros), 7 furlongs (1,400 metros), 1 milla (1,600 metros), 1 1/8 millas (1,800 metros) y 1 1/4 millas (2,000 metros). Dicha playa tiene una extensión de 2,300 metros de largo y 60 metros de ancho.
Por supuesto que, debido a lo complicado de la logística para celebrar estas particulares pruebas, las jornadas no poseen más de cuatro carreras por fecha, iniciando a las 6:30 de la tarde cuando la marea baja y la última se disputa aproximadamente a las 9:30 de la noche, todavía con los últimos rayos de sol del día. Una verdadera fiesta se arma cada vez que los equinos van velozmente recorriendo la orilla de la playa, que hace las veces de baranda interna. No solo es el espectáculo hípico en si, es también todo lo que lo rodea que hace del momento un ambiente mágico. Se estima que más de 30,000 personas están presentes en los días de carrera.
La Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda fundada en 1845 no solo comprende el tema de las competencias con purasangres, sino también en sus instalaciones se albergan demás actividades ecuestres, así como canchas de Pádel y Tenis, servicios de restaurantes y las propias instalaciones del hipódromo, con paddock, tribuna, lugares para los jueces, carpas de peso y cambio de ropa para los jinetes, así como el espacio dispuesto para las cámaras de televisión. Todo esto en más de 129,000 pies cuadrados (12,000 metros cuadrados).
El escenario después de cada carrera es curioso: al oficializarse el resultado, el público vuelve al mar. Un baño rápido pues el partidor es llevado a su próximo punto y todos deben volver a la valla externa. El despliegue de los cuerpos de seguridad y salud cumple un papel importante no solo para la seguridad de los caballos y jinetes, sino de los propios espectadores.
Existen dos versiones sobre el origen de estas carreras que comenzaron en agosto de 1845. La primera está relacionada con los ingleses comerciantes de vino que transportaban su mercancía, los cuales llegaban a esa zona de Andalucía, exportando entre sus costumbres la tradición hípica que en Inglaterra ya estaba establecida y la segunda está relacionada con los marineros locales, quienes mientras esperaban el descargue de la pesca, montaban caballos haciendo carreras informales entre ellos.
Como quiera que haya sido, lo que nació en ese entonces fue un regalo único para el hipismo mundial. Los múltiples reconocimientos que le han sido otorgados a las carreras en la playa de Sanlúcar de Barrameda, han motivado a sus autoridades locales y regionales a seguir una tradición que no solo reúne a la realeza de los purasangres, sino también a muchos turistas que ven en estas competencias lo maravilloso que es el universo del turf.